miércoles, 22 de junio de 2011

El reflejo oval

Odiaba ese espejo. Con su rostro disfrazado del suyo propio le hacía ver lo horrible de su condición y la pudredumbre de su oscura alma. Se burlaba de él, lo sabia. Deseaba poseer la fuerza de voluntad suficiente para reducirlo a míseras esquirlas. Pero no, porque en realidad se había convertido en objeto imprescindible de adoración por su persona. Desearía destrozarlo pero eso acabaría, de alguna manera, con una parte de sí mismo. Sus formas ovaladas lo deformaban, desnudándolo interiormente y sacando a relucir la verdad maldita e insoportable.

Sentía el palpitar de sus sienes amoratadas a cada lado de su cabeza. El sonido de una gota de sudor al chocar contra el suelo amenaza con romper la serena constancia de una pregunta que resonaba en su cabeza. Él le miraba y y el reflejo a él también; ya no lo soportaría mucho más.
Su respiración se aceleraba y su cuerpo manifestaba un violento temblor que le hacía estremecerse en lo más hondo de su ser. Sus manos acariciaban desesperadas el marco redondeado, recorriendo el gastado latón que lo envolvía.

Temblaba, se hacía un ovillo delante de él, parecía burlarse. El balanceo corporal no lo aliviaba y sus músculos se agarrotaban dolorosamente. Su cara formó una mueca grotesca y sus ojos fuera de las órbitas miraban fijamente al frente, en constante lucha con los ojos que le devolvían la mirada. Hundía las uñas en las palmas intentando distraerse, último esfuerzo por escapar de aquello. La sangre fluía por sus muñecas.

Le miró, soltó una carcajada. Tenía el rostro de un loco.





(Cabiria & The Raven)
http://recuerdosencharcados.blogspot.com

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