miércoles, 22 de junio de 2011

N.I.B.

La gente no cree en la realidad de mis sentimientos, Satán no ha de amar. La razón no me sostiene, los prejuicios me arrojan al vacío. Pero me rebelo, siento, se que puedo hacerlo. El amor no es menester de Dios, impera sobre él... y ahora sobre mí.

Deseo demostrarte la sinceridad de mi alma. Revuelvo entre mis entrañas y extraigo mi corazón, latiente de amor, solo para tu deleite y disfrute. La sangre caliente resulta reconfortante y su rojo de estrella moribunda es sabedor del sentido del cosmos.

No huyas, mi amor, no pretendía asustarte. Cruel destino, me hiciste merecedor del mal del mundo, y es ahora el mal del amor el que me aflige. Mi corazón ya no late, no sangra. No merezco la vida si no puedo obtener tu favor y si me temes, ya pueden los hombres gritar o las madres proteger a sus hijos. Te entregare sus almas y el terror desaparecerá. Porque mi amor es superior a la vida, porque toda vida acaba y mi sentimiento dolerá mayor tiempo que el que los hombres recuerden a sus antepasados muertos.

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