jueves, 26 de enero de 2012

Paseo por la vivaz muerte

Después de imaginar y no crear
de pensar y no decir ni pío
llego andando vacilante
a casa

y siempre al caer rendido
muero
y todas esas noches de luto
trato con el lacónico barquero,
polvoriento Caronte
que es ya un viejo amigo
un amigo de luz de Luna
de Luna llena

-¿qué hay, muchacho?
le pregunto cada noche,
todas las noches

después de tantas travesías
de tantas idas y venidas
sin cobros ni peajes
sigue ahí
el hijoputa
sin soltar prenda
como plantado

pero se que en el fondo
no sería lo mismo para él sin mí
como no lo es para mí sin él

y cuando parece que despierto
de mi largo,
vivo,
muerto sueño
-todo revolviéndose hacia la luz-
ando muerto hacia el trabajo
saludo y consigo
amables respuestas,
simpáticas sonrisas

y recuerdo poderosos silencios vacíos

pero todos reímos juntos
como un maldito aquelarre de muertos,
muertos de risa
pero de la misma forma muertos.

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